Faustino Oramas Osorio, trovador, cantante de sones y guarachas, más conocido por “El Guayabero” nació el 4 de Enero de 1911 en La Ciudad de Holguin.
La familia Oramas carece de tradición musical y el joven Faustino Oramas se vio obligado a aprender música en forma totalmente autodidacta. Aunque su primer trabajo fue en una imprenta, muy pronto el encanto de la música le reclamó.
Faustino Oramas, inició a los 15 años de edad con el sexteto La Tropical como cantante y tocando las maracas, donde supo recoger lo mejor de la tradición criolla, dotarla de rítmicos compases y agregarle pícaras improvisaciones.
Precisamente de aquellos lejanos tiempos viene su más conocida composición de 1938, y de ahí incluso su apodo de El Guayabero; le encantaba contar la anécdota: “Me dicen así gracias a una trigueña. O más bien a un marido celoso de un lugarcito de Oriente llamado Guayabero, adonde fui a cantar para ganarme la vida y por poco encuentro la muerte. Ella fue atenta conmigo y la gente del bar le fue con el chisme al marido, un guardia bruto de aquellos de antes. Bueno, para qué contar. Salí echando con los músicos y en el camino salió la canción”, que dice en su estribillo “En Guayabero, mamá, me quieren dar! / ¡En Guayabero, mamá, me quieren dar!”.
Después de creada esta composición, “nada más y nada menos que Pacho Alonso le pide esta canción al mismísimo Faustino Oramas. Primero la grabó con Los Bocucos y después la montó con su orquesta y la puso a recorrer mundo en la década del 60”.
Fue entonces que nació para la gente El Guayabero. Más tarde, la emisora CMKO, que transmitía desde Holguín un programa en vivo, abrió un espacio a las guarachas y al auténtico repertorio criollo de Faustino Oramas.
Faustino Oramas, de origen humilde, pero siempre inclinado al elegante vestir y la buena presencia, singularizó la estampa del trovador ataviado con vistoso traje, corbata y sombrero cantonié, el cual estuvo de moda en Cuba en la década de 1920-1930, más la inseparable guitarra bajo el brazo.
Sin embargo, los verdaderos valores de este artista de pueblo, su contribución al rescate de las raíces musicales de La Ciudad de Holguin y la tradición trovadoresca y legítimos aportes al humor musical, no fueron reconocidos hasta después del triunfo de la revolución en Cuba.
Faustino Oramas, galardonado con las distinciones: Félix Varela, Por la Cultura Nacional, El Hacha de Holguin, símbolo de La Ciudad de Holguin, el Escudo de La Ciudad de Holguin y el Premio Nacional del Humor 2002, los cuales muestra con orgullo en la pechera del saco, dice con picardía que el doble sentido a sus interpretaciones se lo pone la gente.
Pero a pesar de tantos reconocimientos, no había en La Ciudad de Holguin una institución dedicada especialmente a rendir merecido tributo al juglar mayor y su música, hasta que la Dirección de Cultura en la provincia de Holguin decidió dedicarle la Casa de la Trova, que desde entonces se llama El Guayabero.
Este increible e inolvidable maestro trovador y juglar oriundo de Holguin, como lo clasificó Silvio Rodríguez, y recordado por todos los cubanos, fallece con una edad de 95 años en La Ciudad de Holguin, su ciudad natal, a causa de una penosa enfermedad “cáncer”.